Nuevo libro del profesor Jon Aizpúrua.
RAZÓN Y PASIÓN DE LA NOVELA.
Desde el año 2000, el autor del presente trabajo viene conduciendo un espacio radial (1) dedicado a difundir temas de índole cultural, otorgando preferencia a los de orden literario. El criterio que sustenta esta iniciativa se funda en el propósito de comentar y analizar en cada programa una obra relevante del pensamiento universal, bien sea una novela, un ensayo o un texto político o filosófico. De este modo, en nueve años de labores ininterrumpidas, han sido examinados libros esenciales de la antigüedad, medievales, renacentistas, modernos y contemporáneos, igual de la cultura occidental que de la oriental.
El formato de cada programa incluye básicamente tres aspectos: una semblanza biográfica del autor con la indicación de la época en que vivió y la influencia que ella ejerció sobre su pensamiento; luego vienen comentarios acerca del texto en cuestión, los antecedentes que rodearon su publicación, su estructura, así como un resumen de su contenido; y, finalmente, un análisis crítico del libro en su conjunto, poniendo de manifiesto su importancia y sus méritos literarios. Es conveniente dejar constancia de que tales comentarios y análisis no pretenden reemplazar la invaluable lectura del texto original, puesto que la belleza y calidad de una obra sólo se percibe mediante su lectura directa y personal.
En lo que se refiere particularmente al género novelístico, ya se han comentado más de un centenar de obras, la mayoría de las cuales son auténticas piezas maestras de la literatura universal, lo cual es fácilmente comprensible cuando se toma en cuenta que se está empleando un medio tan exigente como la radio, que exige capturar a la audiencia, sostenerla e incrementarla, y por ello la selección de los temas para cada programa ha de obedecer a criterios rigurosos y no a deseos, predilecciones o caprichos del productor.
Como muestra de la tarea cumplida, han sido seleccionados los análisis efectuados sobre doce de esas novelas para integrar el presente libro, habiéndose procedido a realizar las imprescindibles correcciones y adaptaciones a las que obliga el paso del lenguaje oral a la escritura.
Naturalmente, esta obra va más allá de una simple recopilación puesto que incluye una introducción acerca de las cualidades que reviste el arte de escribir una novela digna de tal nombre; una exposición crítica en torno a la tesis defendida por el pensador español José Ortega y Gasset referida a un supuesto agotamiento del género novelístico, el cual habría ingresado en una fase final, limitado por un número determinado de temas que obligaría a los autores a redundar sobre los mismos asuntos que otros abordaron con anterioridad; y una amplia revisión panorámica de la historia de la novela desde sus orígenes en la cultura grecolatina hasta la actualidad. Se ha incorporado al final, como anexo, una lista de los más sobresalientes novelistas del siglo XX, en la cual se especifica el país de nacimiento y sus obras más conocidas, precisamente como demostración palmaria de la vigencia y perennidad de la creación novelística.
Las doce novelas escogidas corresponden a la narrativa del siglo XIX, y más que ajustarse a un criterio técnico o académico, tal elección obedece, apenas, al deseo de mostrar algunas de las más geniales creaciones literarias de esa centuria, señalada con frecuencia como “el siglo de la novela”, como el momento particular en que alcanzó su apogeo, no tan sólo por la profusión de obras que aparecieron en diversas naciones europeas, como por la calidad de muchas de ellas. Fue entonces, cuando conquistó la dignidad y respetabilidad que merece, ya que antes se la consideraba como un género menor, supeditado a la poesía y a la narración épica. A ello se suma el hecho de que ciertas condiciones históricas y sociales se conjugaron para facilitar que a la consolidación de la burguesía siguiese la formación de una clase media que acabaría constituyéndose en la clientela idónea del género y factor clave de su masificación. Fue dentro del rico panorama de la novela decimonónica cuando brotaron o se manifestaron en todo su esplendor corrientes, tendencias o escuelas de tanta significación como el romanticismo, el realismo o el naturalismo, de las cuales, las doce obras en consideración son genuinas representaciones.
Lo que aquí se ofrece no es la tarea de un especialista en literatura; por lo tanto, el mayor interés del autor radica en poner de manifiesto las ilimitadas posibilidades de que están dotados los medios de comunicación, como en este caso la radio, para difundir, promover y estimular los valores literarios y culturales en la población, y hacerlo de un modo que resulte ameno a la vez que instructivo, como se ha podido constatar con los altos niveles de sintonía conseguidos por los programas en referencia. La experiencia de estos años revela que el público en general, y no apenas un sector elitesco, se muestra ávido de recibir buenos e instructivos mensajes, alejados de la superficialidad o la frivolidad, que nutran su espíritu con valores positivos, que estén animados del propósito de educar el pensamiento y a la vez de cultivar los sentimientos.
Haber dedicado un tiempo considerable al estudio y redacción de este tema, nos ha enseñado mucho sobre la novela y a la vez ha corroborado lo que siempre hemos creído acerca de lo contagioso que es el amor a los libros y la pasión y placer que producen. Esperamos que mucho de ese amor y de esa pasión se comuniquen al leerlo.
Haber dedicado un tiempo considerable al estudio y redacción de este tema, nos ha enseñado mucho sobre la novela y a la vez ha corroborado lo que siempre hemos creído acerca de lo contagioso que es el amor a los libros y la pasión y placer que producen. Esperamos que mucho de ese amor y de esa pasión se comuniquen al leerlo.
Muy estimado Profesor Aizpurua: Tras fallidos intgentos de comunicarme con Ud. via correo electronico, le ruego me permita esa ocasion.
ResponderEliminarTema: El Codigo Secreto de Francisco Goya, su expresion artistica criptica y simbolica"
Respetuosamente suyo, en espera
Ricardo G. Hernandez