El Túnel.
Autor: Ernesto Sábato.
Serie: El Mundo de los Libros.
Volumen 50.
Análisis Literario.
“El túnel fue la primera novela del escritor argentino Ernesto Sábato (1911). Ejemplo logradísimo de narración corta, anticipa la totalidad del mundo interior del escritor y de sus principales obsesiones literarias. En sus obras ulteriores, Sobre héroes y tumbas y Abadón el exterminador, tales asuntos se desarrollan con plenitud y organicidad.
El túnel se centra en la confesión de un artista que, encerrado tras acabar con la vida de su amante, se ha dispuesto a explicar por escrito los motivos del crimen. Sin dar muestras de arrepentimiento, su relato está marcado por una paradójica fatalidad: la única persona que podía comprenderle ha sido, justamente, su víctima. En consecuencia, describe sus vidas como dos túneles paralelos que corren incesantemente sin posibilidad de encuentro.
El ser humano, llamado por naturaleza a la comunicación y al intercambio, se encuentra en cambio atrapado por un solipsismo que le condena de por vida a la impotencia y a la angustia. Al final se impone un fracaso, que para Sábato reviste dos grandes frustraciones: la impotencia del hombre, que no cesa de construir túneles que lo separan de sí mismo y de los demás, y su incapacidad por miedo o negligencia de recorrer los intrincados túneles de su interioridad, al final de los cuales podría encontrarse con su propia esencia”.
Jon Aizpúrua
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El túnel se centra en la confesión de un artista que, encerrado tras acabar con la vida de su amante, se ha dispuesto a explicar por escrito los motivos del crimen. Sin dar muestras de arrepentimiento, su relato está marcado por una paradójica fatalidad: la única persona que podía comprenderle ha sido, justamente, su víctima. En consecuencia, describe sus vidas como dos túneles paralelos que corren incesantemente sin posibilidad de encuentro.
El ser humano, llamado por naturaleza a la comunicación y al intercambio, se encuentra en cambio atrapado por un solipsismo que le condena de por vida a la impotencia y a la angustia. Al final se impone un fracaso, que para Sábato reviste dos grandes frustraciones: la impotencia del hombre, que no cesa de construir túneles que lo separan de sí mismo y de los demás, y su incapacidad por miedo o negligencia de recorrer los intrincados túneles de su interioridad, al final de los cuales podría encontrarse con su propia esencia”.
Jon Aizpúrua
