sábado, 26 de marzo de 2011

El Viejo y el Mar


El Viejo y el Mar.
Autor: Ernest Hemingway.
Serie: El Mundo de los Libros.
Volumen 62.
Análisis Literario.

“Ernest Hemingway (1899-1961) es uno de los novelistas contemporáneos más leídos en todo el mundo y, probablemente, ha sido el escritor estadounidense del siglo veinte que mayor éxito y reconocimiento ha obtenido. Esto puede ser atribuido tanto al valor literario de su trabajo como a la seducción que ejercía su figura, puesto que su vida fue, por sí misma, una gran novela, en la que no faltaron la aventura, el suspenso, el sufrimiento, el heroísmo y, por supuesto, el amor y la muerte.


Su estilo sencillo, directo y lleno de imágenes precisas, se caracteriza por el realismo de sus descripciones, en las que la acción sustituye al desarrollo psicológico, y cierto indiferentismo moral. De su vasta obra narrativa destacan por el impacto estético obras de gran renombre como Adiós a las armas, Por quién doblan las campanas, Las nieves del Kilimanjaro y El viejo y el mar, novela ésta que le hizo acreedor al Premio Pulitzer (1953) e incidió en que le fuese concedido el Premio Nobel de Literatura en 1954.

Consecuente con su estilo narrativo directo y fluido, en El viejo y el mar Hemingway consiguió dar forma a un relato de carácter alegórico con una sorprendente economía de medios. Santiago, el viejo pescador que captura a la gigantesca criatura marina tras varios días de esforzado combate, regresa con ella a tierra, pero durante el trayecto los tiburones han dejado su presa reducida a una enorme espina. A pesar de ello no ha fracasado, pues en su tenacidad reside la victoria”.

JON AIZPÚRUA


Louis Pasteur


Louis Pasteur.
“El fundador de la moderna microbiología”.
Serie: Personajes Inolvidables.
Volumen 61.
Biografía.



“Los trabajos científicos del químico y biólogo francés Louis Pasteur (1822-1895) sentaron las bases de la moderna microbiología. Conocido mundialmente por el descubrimiento de la vacuna contra la rabia y el ántrax, también fue precursor de otros tratamientos que han reducido la mortalidad provocada por algunas enfermedades infecciosas, además de haber brindado con sus estudios una decisiva contribución al desarrollo de la agricultura y la industria.



La personalidad de Pasteur se distinguía por diversos atributos que pocas veces se encuentran reunidos en una misma persona. Fue un maestro de la técnica pero también un pensador altamente intuitivo. Su devoción por la ciencia sólo era equiparable con su amor por su familia. Su pasión por la investigación científica era absoluta y, pese a haber sufrido un colapso que lo paralizó parcialmente a la edad de cuarenta y seis años, trabajó con increíble tenacidad hasta que las fuerzas le abandonaron completamente.



Iniciado el siglo veinte, se llevó a cabo una consulta para determinar cuál era el héroe que los franceses consideraban más grande entre todos sus conciudadanos. Napoleón, el señor de la guerra, quedó en quinto lugar. Pasteur, cuyas batallas invisibles las libró y ganó en el laboratorio, resultó el primero. Encomiable decisión la del pueblo galo al rendir homenaje a aquel de sus compatriotas que se encumbró por sus propios méritos hasta convertirse en una de las mayores glorias científicas de la historia”.

JON AIZPÚRUA