“Aristocles, llamado Platón (428-347 a.C), fue un ateniense de vastísima cultura, al tanto de los diversos sistemas filosóficos de su propio tiempo y del pasado, que tuvo un éxito enorme en la tarea de perfeccionar las doctrinas socráticas. Su doctrina estableció un dualismo entre el mundo de las ideas, sólo aprehensibles por la razón, y el mundo de los fenómenos, sombras pasajeras de la realidad superior. De esta premisa derivan todas sus teorías y especulaciones acerca de Dios, el hombre, la vida y la sociedad. Hondamente interesado en el diseño y constitución del mejor sistema de gobierno para los pueblos griegos expuso en La República, su más extenso y conocido diálogo filosófico, un Estado integrado por tres categorías sociales: los filósofos, instruidos en matemáticas y dialéctica, representaban la razón y estaban por tanto al frente del gobierno; los guerreros defendían el Estado y se perfeccionaban sobre todo en gimnasia y educación musical; y, finalmente, había campesinos y mercaderes que no participaban en política. La principal tarea del Estado sería la de avanzar disciplinadamente hacia la justicia, la cual se obtendría con la supresión de todos los intereses particulares, como la familia y la propiedad privada, nociones que más tarde serían suavizadas en Las Leyes, su último libro político. Con independencia de la impracticabilidad de algunas de sus propuestas principales, La República es una obra esencial de la filosofía y de la cultura universal, reconocida y admirada por la coherencia y unidad de sus argumentos, por la belleza de sus mitos, por sus notables aciertos y geniales anticipaciones”.
JON AIZPÚRUA.
JON AIZPÚRUA.